Novedades — 17 junio 2015

Son mayoría los expertos que ven en el estado actual de las bolsas europeas el resultado lógico del fuerte arranque de año. Las sólidas ganancias acumuladas en los primeros meses hacían casi inevitable un frenazo para que las buenas perspectivas se materializaran y las elevadas valoraciones que mostraban muchos índices se ajustaran. Transcurridos ya varios meses de movimiento lateral, las dudas del mercado parecen ir in crescendo: la mejora económica global aún carece de la tracción necesaria para justificar nuevas alzas y las crecientes expectativas de inflación hacen brotar las primeras dudas sobre el futuro de las políticas monetarias. A estos factores de fondo se une un peligro que permanece latente desde hace mucho tiempo, pero que se ha intensificado en las últimas semanas: la crisis griega. Con estos mimbres, el aspecto del mercado europeo se ha ensombrecido, como muestran las cinco caídas consecutivas del Stoxx 600, su peor racha en el año. Y los grandes índices, como el Dax alemán, acumulan recortes superiores al 10% desde sus máximos anuales. El Ibex, por su parte, acumula cuatro jornadas a la baja, su peor desempeño en ocho meses. En ese periodo pierde un 3,14%, lo que le ha llevado por debajo de los 11.000 puntos por primera vez desde marzo. Ayer restó un 1,31%, hasta 10.917 puntos. La banca volvió a sufrir por las tensiones en la deuda –el interés del bono español a 10 años sumó tres puntos básicos hasta el 2,25%–. BBVA se situó entre las más castigadas, con un descenso del 1,89%, afectada por el castigo a su filial turca Garanti. (Expansión. Página 24)

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